Atletismo
«La psicología del deporte me ha permitido poner nombre y apellidos a muchos de los acontecimientos que he vivido como atleta».
Gema tiene formación como psicóloga, y actualmente cursa el máster de psicología del deporte en la Universidad Autónoma de Barcelona. Ha sido atleta de élite durante muchos años, y actualmente compagina la crianza de sus hijos con una renovada dedicación al atletismo, que sin ser de forma profesional, le está brindando muy buenos resultados.
Entre sus numerosos logros deportivos que ha conseguido a lo largo de su carrera deportiva, destacan los siguientes:
– Dos veces campeona de España en categoría promesa en 5.000m.l.
– Subcampeona de España absoluta de Cross, 2010.
– Subcampeona de España absoluta en la prueba de 5.000m.l.
– Medalla de bronce en el campeonato de España de cross.
– Campeona de España absoluta de 10.000 m.l.
– Mínima para los JJOO de Londres 2012, en los que fue baja por lesión.
– Subcampeona de Europa por clubes en campo a través.
– Campeona de España de cross en 2013.
– Subcampeona de España de cross y 10.000 m.l. en 2014.
– Ganadora de Behobia en 2019.
– Mínima para el Campeonato de Europa de media maratón 2020, suspendido por covid-19.
– Actualmente: 3ª mejor marca española del año en maratón.
A través de esta entrevista, conoceremos cómo son sus entrenamientos, cuáles son sus herramientas psicológicas para afrontar las distintas etapas de su carrera deportiva y las lesiones, y cómo le ha sido posible compaginar la maternidad con la vida deportiva, a pesar de que las dificultades encontradas y de que la sociedad patriarcal no lo ponga fácil.
¿Cómo recuerdas tus inicios en el mundo del deporte?
Empecé a hacer atletismo en una escuela de mi pueblo, cuando tenía 12 años. Éramos cinco amigas entrenadas por Paco, el padre de una de ellas, que era atleta popular y corría, y por lo tanto nosotras también. No probábamos más disciplinas, sólo corríamos, y la verdad es me encantaba.
Aunque no hace tantos años, en la época en que empecé a correr, huía de las calles principales de mi pueblo porque no me sentía cómoda. Las personas hacían comentarios, y todavía más por ser mujer. El hecho de correr, no estaba tan normalizado como ahora, que el running se ha puesto de moda.
Quiero comentar esto, ya que creo que me ha marcado. A día de hoy aún prefiero salir a correr por la montaña o por sitios poco transitados. Disfruto muchísimo y me recuerda a mis inicios.
¿En qué momento el atletismo deja de ser un hobby?
Cuando tenía 18 años comencé mis estudios de psicología en Valencia, y allí empecé a entrenar con un grupo en el que había atletas semi profesionales, y un profesional. Fue en ese momento en que cambió mi visión del deporte.
Ahí prioricé el deporte a los estudios. Iba sacando las asignaturas poco a poco, y empezaron a llegar los primeros resultados a nivel deportivo: clasificación con la selección española, mundial de cross júnior, europeo sub.23…
Al año siguiente me fui con 22 años a Barcelona, y aposté por el atletismo. Conseguí ser profesional, vivir de eso, y clasificarme con la selección española.
A pesar de haber hecho un traslado de expediente, dejé de lado la carrera en ese momento. No tenía ningún tipo de tutorización, mis estudios no estaban planificados, y yo tomé esta decisión. Hoy en día las carreras duales de los deportistas, permiten compaginar estudios y deporte, hay opciones de realizar las carreras en más años, o combinar asignaturas, pero en aquel entonces, yo me organizaba sola.
¿Y qué ocurrió después?
A partir de ahí me volví estricta, muy disciplinada y exigente… Sí que creo que es importante ser constante en el deporte, pero creo que en ese momento crucé un poco la línea en cuanto a hacer un deporte muy perfeccionista. Tanto, que dejé de lado los estudios y las relaciones sociales.
En ese momento, en 2007, conocí a mi pareja actual, que también es atleta profesional. Me dio a conocer el entrenamiento invisible, la importancia del descanso y la alimentación compaginado con duros entrenamientos físicos. Compaginamos como pareja y también a nivel deportivo, ya que desde ese momento se convirtió en mi entrenador. Con él preparé en 2007 los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, aunque mi carera deportiva siempre ha estado marcada por las lesiones.
¿Cuál crees que es la causa de tus lesiones deportivas?
En la vida de una atleta de alto rendimiento puede ser frecuente que haya lesiones, pero mucho más si eres mujer, al no tener en cuenta lo que se conoce como la tríada de mujer deportista: muchas horas de entrenamiento, una imagen corporal idealizada suscrita a la delgadez, amenorrea, pérdida de masa ósea, etc. En mi caso tuve tres fracturas óseas por estrés. Para mí el dolor no era indicador de nada, siempre me dolía algo, y no quería parar. Por tanto, acababa con lesiones más graves. A pesar de las recomendaciones médicas, nunca quería parar.
Esto desencadenó, en 2012, uno de los momentos más duros en mi carrera deportiva. Hice mínima para los Juegos Olímpicos de Londres, convirtiéndome en la única atleta nacional que consigue la mínima en mi prueba. Me encontraba muy bien de forma, y dos semanas antes me fracturé el pie. Ya lo tenía todo preparado, y lo pasé bastante mal, ya que para mí era un sueño.
La federación de atletismo, me propuso que fuera a competir igualmente, ya que no le quitaba la plaza a nadie, y así podría cumplir mi sueño olímpico. Pero mi manera de concebir el deporte, no me permitía competir a medias, así que me quedé en casa, con las muletas. Fue una decepción enorme, y un momento muy complicado en mi vida, ya que toda mi vida giraba en torno al atletismo y a los resultados. El hecho de llevar una carrera lineal, desemboca en eso.
Al año siguiente volví a intentarlo, quedé Campeona de España en campo a través, y en el mundial de cross me volví a lesionar. Eso fue un punto de inflexión en mi vida, lo que me hizo reflexionar que el atletismo no era suficiente en mi vida.
¿Y qué alternativas encontraste al atletismo?
Lo primero que hice fue empezar a leer muchos libros para trabajar conmigo misma y cuidarme a nivel personal. Un libro que me marcó mucho fue “la biblia del ganador”.
Empecé a ver las cosas con otras perspectivas, a centrarme en el proceso y no en el resultado, a entender que no todo era blanco o negro. Tenía un cuaderno en el que trabajaba mis objetivos, dando importancia a la salud mental y al correcto planteamiento de mis metas. Gracias a eso fui consciente de que mi vida giraba por y para el atletismo, y que había descuidado otras áreas de mi vida que también eran fundamentales.
En 2015, después de su mejor año atlético, Gema se fue a Sierra Nevada para una concentración en altitud, dónde le encontraron un quiste en los ovarios. La operaron, y a las dos semanas se quedó embarazada. Era el año previo a los JJOO de Río. Dio a luz a su niña en octubre, y aún así intentó llegar a los Juegos. Consiguió un buen estado de forma, pero no suficiente como para competir en Río. La presión y la falta de descanso fueron factores marcaron un duro año para Gema.
En 2016 se volvió a quedar embarazada, y esa vez decidió que el atletismo pasaba a un segundo plano. Es en ese momento cuando aprovecha para acabar la carrera de psicología, y ya con los dos niños/as, se matricula en el máster de psicología del deporte de la UAB.
Siguió haciendo deporte y compaginando su carrera de psicología. Ahora sus niños tienen 3 y 4 años, y su cuerpo está respondiendo nuevamente a los entrenamientos.
¿Qué impacto ha tenido la maternidad en tu vida deportiva?
La maternidad me ha ayudado a cambiar totalmente la perspectiva y mis prioridades. Gracias a ella, he añadido “columnas” sobre las que se apoya mi vida. Antes de la maternidad el atletismo era mi pilar fundamental, al tener a mis hijos he sido capaz de conciliar, de empoderarme como mujer fuera del deporte, lo que me ha hecho replantearme los objetivos a nivel vital y deportivo. Antes un mal entrenamiento pesaba todo el día, una mala competición toda una semana. Ahora, forma parte del proceso, porque al quitarme las zapatillas y/o el dorsal estoy con mis hijos, riendo, disfrutando, siendo feliz.
¿Qué tipo de ayudas se podrían ofrecer para facilitar el proceso de maternidad a las mujeres y deportistas de alto nivel?
Por lo que he podido vivir y ver en mis compañeras atletas también madres, la conciliación sólo es posible en el caso de un fuerte apoyo social (por parte de la equidad con la pareja, por parte de la ayuda de los padres y/o suegros o familiares cercanos… Cuando el entorno cercano se vuelca, entonces los fuertes estereotipos ligados a lo que es ser «buena madre» se amortiguan, no obstante, como es mi caso, cuando este apoyo no es posible los obstáculos percibidos para compaginar ambas esferas se perciben como peores, es aquí cuando podría ofrecerse ayudas bien de forma económica, informativa, emocional… para que las madres no percibieran un choque entre su identidad como atleta y su identidad como madres.
¿Qué papel ha jugado en tu vida la psicología del deporte? ¿Qué recomendaciones darías a las jóvenes atletas?
Ha sido un aspecto fundamental para crecer en lo personal y volcar los valores que aporta el deporte a una filosofía de vida basada en el aprendizaje continuo, la vitalidad, la alegría, la aceptación de la frustración, la organización y disciplina. La psicología del deporte me ha permitido poner nombre y apellidos a muchos de los acontecimientos que he vivido como atleta.
Antes de la pandemia, Gema hizo mínima en media maratón para el Europeo de París (suspendido por el covid-19). Actualmente ha encontrado un equilibrio personal, y continúa compaginando en armonía todas las facetas de su vida.
Gracias por tu tiempo y tu dedicación, espero que disfrutes y tengas éxito en todas las opciones que elijas.